Untitled Document

 

"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

www.surda.se

 

 

07-07-2014

 

 

 

Desconcierto político y conflicto social

SURda

Italia

Thomas Muntzer

 

Tras las elecciones europeas en Italia, el gobierno de Matteo Renzi sigue teniendo la iniciativa política. No solo en el frente interno, sino también en el europeo, con el inicio, a partir del 2 de julio, de la presidencia italiana de la Unión Europea, que para Renzi debería inaugurar una mayor flexibilidad en la aplicación de las políticas de austeridad. En consonancia con las posiciones adoptadas durante la campaña electoral, la política de Renzi se caracteriza por una combinación de populismo y bonapartismo; de gesto decidido frente a las trabas que tratan de oponer a sus políticas los viejos barones de la nomenclatura del Partido Democrático (PD) y de continuidad sustancial con las políticas de los gobiernos precedentes.

En esta perspectiva, Renzi se propone dialogar con Angela Merkel para reclamar políticas de crecimiento y mayor flexibilidad en la aplicación de las políticas de equilibrio presupuestario, después de haber lanzado su campaña electoral sobre la base del reparto de los 80 euros de paga extra a los trabajadores por cuenta ajena. Al mismo tiempo, sin embargo, continúa recortando el gasto público al amparo de la tristemente famosa palabra “reforma” –de la administración pública, de la enseñanza, de la justicia, etc.–, privatizando a mansalva y reformando el “mercado de trabajo” con una ley general que convierte en permanentes la precariedad y la flexibilidad. El proyecto de “reforma” culmina en el plano político institucional, donde el gobierno intenta conseguir la eliminación del Senado, la “cámara alta” del Parlamento italiano, combinando esta medida de simplificación con una nueva ley electoral acusadamente mayoritaria, fruto de un acuerdo con Silvio Berlusconi. Por tanto, también en este terreno el neobonapartismo de Renzi pretende recoger las aspiraciones de reforma del sistema político imponiendo medidas desde arriba con vistas a asegurar una mayor estabilidad del propio sistema.

El margen de maniobra real de este gobierno vendrá determinado por las políticas de austeridad europeas, y por tanto de la relación que logre establecer con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y los nuevos líderes de la Unión Europea, teniendo en cuenta el lugar central que ocupa el gobierno alemán. Lo que se observa en Italia, por ahora, es la ausencia casi total de oposición política y social. El entorno político parece estar obnubilado ante el activismo de Renzi, quien ha sabido llenar el vacío que dejaron la caída de Berlusconi y la parálisis de la antigua izquierda y ha conseguido, en las elecciones europeas, disputar al Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo un electorado desilusionado e impaciente.

A esta situación contribuye sin duda la inactividad que caracteriza a la izquierda italiana. La Lista Tsipras, apenas obtenido el resultado electoral de tres eurodiputados, se ha desgarrado de inmediato en torno a la elección de dichos diputados ante las maniobras de Barbara Spinelli, quien aprovechando el sistema italiano que permite concurrir en varias circunscripciones a la vez ha acabado penalizando al partido Izquierda Ecología Libertad (SEL) de Nichi Vendola. Una decisión que, junto con las ambigüedades propias de ese partido, ha generado una nueva escisión en la izquierda, de carácter puramente parlamentario, a favor del PD y del gobierno. A pesar de algunos intentos de arrebatar el monopolio de debate en la izquierda a la vieja clase política, la Lista Tsipras parece reproducir los antiguos vicios al proponer de nuevo la lógica asamblearia de los capitostes de la vieja “izquierda radical” totalmente desconectados del conflicto social y ante el surgimiento de nuevas generaciones políticas.

El M5S de Beppe Grillo, a pesar de haber recuperado posiciones en las elecciones municipales posteriores a las europeas, venciendo en ciudades importantes como Livorno, aparece hasta ahora como la única oposición organizada a la “casta”, es decir, al establishment político dominante, pero no es capaz de suplir la ausencia de una estrategia propia y por tanto carece de credibilidad como alternativa de gobierno inmediata y viable. Además, pese a ocupar el espacio que en otros países está en manos de fuerzas de izquierda, el M5S no quiere escoger claramente su ubicación política y mantiene la ambigüedad al mezclar ideas de izquierda y pulsiones populistas si no manifiestamente racistas.

La otra variable italiana, que nos interesa más, es la del conflicto social. Las dinámicas en este terreno se sitúan en el marco de una crisis gravísima, que se ceba en las clases populares con la precarización de las relaciones laborales, la pérdida vertiginosa del poder adquisitivo de los salarios, el aumento del paro masivo (más del 13 %) y de la desigualdad social, la práctica demolición del Estado de bienestar ya muy condicionado por la diversidad territorial y la plaga del clientelismo y de la corrupción, convertida en “factor sistémico” de la construcción de una oligarquía político-económica (la “casta”) que se reparte los contratos y trabajos asociados a las grandes obras y a la construcción de costosas infraestructuras con vistas a la Expo 2015 que tendrá lugar en Milán.

Existe una efervescencia social difusa formada por conflictos laborales, luchas sociales, movilizaciones sindicales en el sector servicios, en la logística, en el transporte y en la sanidad, tanto pública como privada. Sin embargo, todo está muy fragmentado y carece de efectividad frente a las políticas patronales en el puesto de trabajo y frente a las políticas gubernamentales. La única excepción positiva es la experiencia de la lucha popular de Val di Susa (Piemonte, noroeste del país) contra la línea de tren de alta velocidad Turín-Lyon, que destruirá todo un valle alpino y que se topa con una feroz resistencia popular. Sin embargo, aislada como está desde hace muchos años, corre el riesgo de verse abocada a una batalla desesperada, entre otras razones por efecto de la represión a que está sometida.

En general, las luchas sociales y sindicales están lastradas por dos grandes cargas. En primer lugar, la inexistencia de una oposición política efectiva. En efecto, no lo es una izquierda radical reducida al farolillo de cola y no se vislumbra ningún proceso de formación de nuevas fuerzas políticas como la experiencia de Podemos en el Estado español. En segundo lugar, el papel conservador de los grandes aparatos sindicales de la CGIL-CISL y la UIL, que taponan todo posible conflicto laboral. A esto se añade una actitud de práctica delegación e ilusión-expectativa ante la función de oposición electoral-institucional del M5S de Beppe Grillo.

A diferencia de la experiencia que se vive en la península Ibérica, además, en Italia no ha habido una oleada de movimientos sociales capaces de hacer frente a las políticas de austeridad. Sin embargo, este es el banco de pruebas de cara al próximo futuro: conseguir la unificación de las diversas luchas de resistencia a la austeridad y la construcción de un verdadero movimiento de masas contra algunos símbolos del proyecto de austeridad y estabilización del marco político. Por parte nuestra indicaremos dos: las grandes operaciones de especulación urbanística representada por la Exposición Universal (Expo 2015) de Milán, que se inaugurará en mayo del año que viene y proseguirá hasta octubre; la nueva legislación laboral, que al mismo tiempo precariza la mano de obra joven y pretende expulsar definitivamente de la producción a algunos cientos de miles de trabajadores de la industria.

Son emergencias importantes, en las que puede desarrollarse un movimiento difuso paralelamente a otras necesidades sociales relacionadas con los muchos estropicios ambientales que se dan en Italia –cuenta pocos meses de edad el movimiento en las “tierras de los fuegos”, envenenadas y devastadas por los intereses criminales de la Camorra en Campania– y que constituyen un terreno en el que a nuestro modo de ver debe concentrarse el esfuerzo de reconstrucción de una nueva izquierda radical. En Italia hace tiempo que concluyó un ciclo de la izquierda. El ejemplo de Podemos demuestra que es posible reconstruir sobre nuevas bases y este es nuestro proyecto.

02/07/2014

Traducción: VIENTO SUR

http://www.vientosur.info/spip.php?article9188


 
Copyright © 2007 SURda All rights reserved. webmaster@surda.se